La propiedad privada, las parejas y el "amor"

En el ocaso de este dia, y como siempre analizando las cosas que veo, que escucho, que leo, que imagino, y en especial después de haber finalizado la lectura de "La tregua" de uno de mis favoritos, Mario Benedetti, y de estar en las inmediaciones de "Lolita" de Vladimir Nabokov, después de escuchar historias de amores, de desamores, de llantos, de corazones rotos y otros remendados con hilo y aguja, algunos cuantos con Pegastick, después de haber escuchado a Chopin, a Lucho Bermudez, a Silvio Rodriguez, a UB40, entre otros, de haber iniciado actividades publicas en Instagram y haber curioseado el Facebook, de haber visto la WWDC de Apple, me detengo a escribir sobre algo que muchas veces antes he discutido conmigo mismo y con algunos conocidos: el sentido de la propiedad entre las personas, más específicamente entre las relaciones afectivas de pareja.

Aclaro, no soy psicologo ni me interesa, mucho menos "tiro" el Tarot para devolver o atar seres amados a las malas, ni tampoco pretendo ser un Paulo Coelho o un Walter Riso, a quienes respeto muy distantemente y vagamente, sino que simplemente pretendo dar una opinión personal de ese hecho implícito en los seres humanos y quizá particularmente, entre los colombianos basado en la mera observación.

Vivimos en un pais machista, donde se nos ha educado en las familias y en los medios noveleros, de que se debe estar atado y sometido a alguien.  El hombre se jacta entre sus amigos de ser el macho de la casa que lleva el sustento y su mujer sumisa lo espera pacientemente cada día para saciar todos sus apetitos sin la menor muestra de desagrado o desaprobación.  La mujer se jacta entre sus amigas de ser la hembra que ninguno puede resistir y ante la menor muestra de resistencia siempre tiene el poder de dejarlo viendo un chispero y simplemente buscar otro.  Estos son algunos de los casos mas generales, porque tanto usted como yo sabemos de antemano, que no todos nos comportamos así, pero si es cierto que la mayoría de las personas presentan este "modus operandi".

Ahora bien, el sometimiento es algo que vive en la humanidad para alimentar ese innato deseo de poder, de supremacía, de control, y así se estructuran los países, las instituciones, y de hecho todos y cada uno de los sistemas existentes.  Es verdad que todo debe tener un orden, pues con la utópica esperanza de que todos viviéramos felices, pero lo curioso del tema es que ese machismo y ese orden también quieran entrar en los planos del corazón.

Siempre he creído, bueno, no siempre realmente, pero si hace bastantes años que las personas no sufren por amor.  ¿Ha sido usted víctima de un engaño? No sufre por amor, sufre porque ha sido herido su orgullo por haber sido cambiado o cambiada por otra persona mejor o peor que usted. ¿De un momento a otro lo dejaron así nada más? No sufre por amor, sufre usted por la incapacidad de vivir en soledad y aun así no poder estar bien. ¿Por qué no sufrir por amor? Por que dice la teoría que el amor es esa esencia intangible, eterna y poderosa que se encarga de unir, no de separar, que se encarga de crear, no de destruir.  Lo que pasa es que en en cultivo de ese amor, se pegan vicios y manías negativas que atan a las personas, se encadenan. Esas son las que dañan a las personas y las relaciones.  Esa es la realidad de lo que se llama amor.

He visto con desagrado parejas que pasan de llamarse a decirse cosas bonitas a la rutinaria "llamadera" para ejercer control espacio-temporal digna de la fiscalía.  He visto con desagrado personas a quienes el Hacker Sepulveda les queda chiquito, en sus inmejorables tácticas para encontrar contraseñas de celulares, redes sociales, emails, y demás para extraer información de posible "engaño" y así confirmar sospechas imaginarias o reales.  He visto personas que mutilan sus encuentros con amigos o amigas y hasta familiares para que "bebé" o "nenita" o "mi hermosa" o "mi rey" o como sea que se apoden, no se molesten.  He visto muchas y no puedo negar que también he vivido algunas.  Todos caemos en ese abismo alguna vez, en ese juego que se nos clava en el subconsciente por el medio que nos bombardea.

¿Por qué nos cuesta tanto tener una relación tranquila y de crecimiento mutuo? Creo yo que se basa en las siguientes cosas: primero, la incapacidad de que cada persona sepa vivir en soledad.  Aquí nos pintan que estar solo es para los "bobos", cuando dice un principio añejo y machacado que "para saber amar hay que amarse a uno mismo", y como carajos uno solo no se va a poder amar si no sabe estar solo??? Esa incapacidad de soledad lleva a que las personas se relacionen más que por amor, por dependencia, a encontrar afuera lo que no tienen adentro, a delegar la voluntad y los deseos a un tercero y en muchos casos, a suplir algún tipo de interés. Fatal.

Segundo, el afán de salir de la presión social.  Aquí desde que uno tiene 3 o 4 años que comienza a hablar o a caminar, ya comienzan las vecinas y las tías con la típica: "mijo ya tiene noviesita?".  y ni que decir después de los veinte: "mijo cuando es que se casa?", y si esta casado: "mijo cuando van a encargar?".  Las personas se involucran con quien quieren cuando quieren como quieren porque quieren donde quieren, y ya! Hay personas que viven rodeadas de gente y son las mas amargadas del planeta. Hay otros que viven solos y son felices.  Hay otros que se aman solos, se aceptan solos y en su camino individual encuentran a otra persona que se ama sola, que se acepta sola y bingo! se hizo la luz!

Finalmente, como siempre, cada uno hace lo que quiere, esa es una de las ventajas de la vida, simplemente me gustaría pensar y ver algún día que las personas se interesaran primero en edificar su interior, en identificar y manejar sus emociones, en definir que desean, en amarse y aceptarse en su soledad y entonces así tomar la decisión de COMPARTIR la vida y el camino con alguien, de darse un buen tiempo para conocer, para entender, no para "acostumbrarse", en lugar de buscar la malsana practica de ver donde delegar emociones, sensaciones, impulsos, controles y en el futuro llegar a tener realmente mejores familias, en lugar de muchas familias que a la vuelta de unos años de "unión" se desmoronan porque pasan de ser parejas, a convertirse en propiedades privadas en formas de parejas disfrazadas de amor.

P.D.: Nada dura para siempre.



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