Metallica: odios y pasiones.
Aprovecho ya que desempolve mi blog, y al saber que hoy se presenta nuevamente en Bogotá Metallica, escribir un poco de dichos personajes. Para muchos una de las bandas más grandes de la historia del rock, para otros unos más de la lista, para otros unos desconocidos.
Recuerdo mis primeros días de colegio, en esos en los que el contacto musical con el mundo provenía de las emisoras de AM que escuchaban mis papas, y que por ningún lado sonaba algo más allá de las canciones tropicales o de cuerda, la onda del metal hacia un eco muy distante en el entorno y comenzó a rondar algo llamado "la música metálica". ¿Qué es esa vaina? ¿Música metálica? Con el paso de los años y de los días, entre discos y bibliotecas, amigos y casetes, descubrí o mejor aclare que no había ninguna música metálica, que había un grupo llamado Metallica y que a casi todos los que conocía les gustaba o hablaban de el. Todos ellos hablaban de One, de The Unforgiven, Enter Sandman, unas de sus canciones más populares por estas tierras, y pues tuve a Dios gracias la fortuna de trabajar entre los 12 y los 16 años en las dos tiendas de discos de mi papá, donde sacie mi curiosidad y me hice adicto a la música, y entre el gran catálogo de discos para escuchar como no iban a estar los de San Francisco.
Como vendedor, eran de los discos más vendidos entre los jóvenes de más de 20 años, el más popular era "El álbum negro" pero había otros con un aspecto más desaliñado, más agresivo que buscaban y compraban discos como el "kill'em All" y el "Master of puppets". Allí en el almacén pude escucharlos todos y cada uno, y cuando en el '98 salió el "Load" sonaba como otro grupo. ¿Dónde había quedado ese sonido característico del metal y que asustaba a los más criollos de los colombianos? Los tiempos cambian pero ahí el contraste era radical.
Metallica, un grupo fundado a inicios de los 80s, por un gran vocalista y un muy básico baterista, con un primer guitarrista monstruoso y un bajista hogareño, entre irse y venires habían alcanzado un éxito grande en el medio underground de su ciudad. Allí por conflictos, el bajista se fue y el guitarrista fue expulsado, otros llegaron en sus reemplazos, y el primer disco fue lanzado. Allí revolucionaron al mundo y el mundo estuvo en sus manos. En 1999 estuvieron por primera vez en Bogotá, y marcaron la historia al ser el evento con más espectadores a la fecha, más de 80.000 personas, y no habían regresado hasta en el 2010, donde fui a verlos.
A mi juicio, Metallica es un gran grupo, el más popular, el más comercial, pero no por ello el mejor. Tienen canciones épicas que emocionan y no son las que todo el mundo conoce. La expulsión de Mustaine en sus inicios marcó una gran diferencia, ya que el sonido de Kill'em All tiene muy marcada su influencia, ese sonido agresivo y voraz que no volvió a surgir, la muerte de Burton años después marcó la partida del corazón del grupo, y hace una década o más la salida de Newsted dejo sin carisma lo que quedaba. James y Lars, cayeron en las redes del dinero y aprovechando el nombre que construyeron han logrado mantener viva una leyenda, pero que en sus últimos discos ya no queda sino eso, el nombre.
Hay muchos fanáticos fieles y otros detractores, para mi, Metallica hasta el 89 era en verdad Metallica, sus canciones, su aspecto, su esencia, de ahí en adelante ya son otros que tocan lo que eran antes.
Hoy, el concierto promete ser bueno ya que los fans escogieron las canciones, y si uno se fija, todas son del Metallica de antaño, no hay casi nada nuevo, o bueno, creo que se coló "Fuel". Espero que lo disfruten quienes los admiran, y otros como yo, que los vi en el 2010 por decir que los vi, hoy prefiero ver el DVD del épico Live Shit Binge And Purge, donde si eran lo que ya no son.
Finalmente, sólo puedo concluir esto: Metallica es como Windows y Megadeth es como Apple.
El que lo entendió, lo entendió.
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