Generación del 83

Inicia la madrugada del 26 de diciembre de 2015, y decido iniciar este día escribiendo por causa de que el sueño me abandonó hace algunas decenas de minutos y entonces recordé que hace días ya tenia el deseo de escribir sobre algo que me ha rondado la cabeza hace años, pero que no había pasado de ser mas que una idea fugaz o un comentario suelto entre alguna charla de amigos.  Como no puede ser la excepción en mi vivir sin música, inicio la escritura escuchando a los uruguayos de No Te Va A Gustar con el ocaso de mi favorita de su repertorio, "Verte Reír" en una versión en vivo desde Buenos Aires y que supera con creces la edición de estudio, y nace "Kiss me" de Sixpence None The Richer, un pedazo de canción de amor que logra mover fibras cuando se le presta atención.

¿Y que es eso que me ronda la cabeza y que hasta ahora decido plasmar en alguna parte? Trataré de exponerlo, sin ser muy autobiográfico ni repetitivo con las historias contemporáneas de la nostalgia trillada de las décadas pasadas, así: nací el viernes 25 de noviembre de 1983 a eso de las 9 de la mañana, crecí en un hogar típico conformado por una hermana mayor y una pareja, un padre laborioso y una madre hogareña.  Nada del otro mundo, entre los años de crecimiento, los juguetes, los programas de televisión, los juegos en la calle (gloria excelsa y premio mayor poder salir a jugar a la calle!!!), las peleas con mi hermana, libros, bicicleta, raspones, escondidas americanas y colombianas, viajes a donde mis abuelos, fiestas familiares, canciones, películas, en fin, todo lo que hace parte de la vida cotidiana, hasta llegar a estos días plagados de soledad entre muchos encadenados a una pantalla, a un teclado, a una red.

Lo que me ronda en la cabeza, es que creo ser parte de la primera generación viviente y superviviente del cambio que la tecnología ha traído al planeta.  Una generación que pasó de crecer viendo el canal uno, el canal A, el canal 11, a Lucho Herrera ganar descalabrado y sangrante una etapa en el Tour de Francia, la muerte de Galán, el 5-0, la constitución del '91, ver a mis papás votando con la huella untada de una tinta roja, Asprilla jugando en el Parma, hasta llegar sin imaginar en aquellos días la posible existencia de un medio para hablar con cualquiera y ver cualquier cosa del mundo, mas allá de la televisión limitada del país.  Esa generación plagada de detalles es la mía, la que hoy día ha impulsado al mundo tecnológicamente al punto en que está, con software y hardware por doquier y hace un uso de todo artilugio electrónico como ponerse unas medias.

Hoy dia usar el Internet, un computador, un smartphone es algo obvio.  En mi infancia un computador era un lujo casi que comparable al de poder tener un carro, el Internet era una utopía, y hablar por teléfono sin estar pegado a un cable un acto de hechicería.  La generación anterior de quien tengo amigos y referentes, vive hoy día el uso de los aparatos como cualquiera, quizá con algún grado de dificultad en su proceso de aprendizaje.  La generación posterior de quien tengo amigos y no muchos referentes, vive hoy día el uso de aparatos como cualquiera, como algo innato y con la imagen de que siempre han existido y tachan de "brutos" a quienes no tengan la experticia en manipularlos.  La generación de mis padres y abuelos quedaron un poco congelados en el tiempo y es una de las mejores experiencias, aunque a veces un poquito desesperantes (con cariño), enseñarles a ver y sentir el uso de los artefactos modernos en el mundo actual, para que a la final lo usen como algo ordinario.  Le di a mi mamá un iPhone que usa como si fuera el teléfono fijo de la red de cobre, que no saca a la calle porque solo la llamo yo, y que quiere borrar cuanta imagen y video le envían por el "guasá" porque sin saberlo, no le gusta el spam.

La maravilla de pertenecer a esta generación, la mía, es que somos los primeros usuarios de Facebook, Twitter, Google, Amazon, que hemos evolucionado y en el caso de las dos primeras principalmente, cada uno de nosotros esta llevando el testimonio escrito de sus vidas.  ¿Quien hoy día se sentaría por horas a escribir su vida en forma de libro? ¿Quien hoy día lleva o le inculca a sus hijos que escriba un diario en una libreta con llave? No muchos quizá, pero si deben haber bastantes en el planeta.

Los años pasan, la células se deterioran y los recuerdos comienzan a nublarse, pero nosotros tenemos queriendo o no, una herramienta para escribir en una piedra virtual nuestras vidas.  Ahora, si algún día ocurre una catástrofe energética mundial, y sucediera un colapso en la red, nos jodimos.  El caso, mi caso, lo que pienso, lo que me ronda, lo que se me ocurre, es que tenemos en las manos la oportunidad de registrar nuestras vidas para compartirlas con nuestros hijos o nietos, de una forma mas precisa sin confiar en la memoria, que seria fantástico que se pudiera tomar un tiempo para repasar cada post y escribir en físico la cadena de eventos asociados para la posteridad; seria fenomenal que cada persona escribiera su propio libro, el libro de su vida.

Si, es cierto, no todos somos ni seremos celebridades o personas que cambiemos el mundo, tal vez no tengamos los excesos de los artistas, las estrellas de rock, los triunfos de los deportistas, los escándalos de los actores, pero todos tenemos algo que contar, algo que solo nos pasa a nosotros, algo que puede ayudar a muchos o ninguno, pero algo al final algo único.

Claro, no todo es dicha.  Hay dos cosas que me preocupan al respecto: una, es que la avalancha de la red ha sido la válvula de escape para los solitarios, aquellos que tenían dificultad para relacionarse con el mundo y en la red han encontrado un realidad que los acoge, que los acompaña, que seguramente no los juzga ni los rechaza, pero, ¿no será eso acaso una forma mas de ahondar la soledad?; y la segunda, es pensar ¿cómo serán esos adultos que hoy día son hijos y que realmente van a tener toda su vida registrada en la red?  He visto amigos poner fotos y comentarios de sus hijos desde que son frijolitos y ecografías, sus primeras horas de vida, sus primeras comidas, pasos, días de colegio, juguetes, y no se si con terror o asombro he visto niños de 3 años posando para selfies.  ¿Serán adultos egocéntricos y vanidosos? ¿Serán intelectuales vacíos? ¿Serán personas normales? Pero ahora con todo esto, ¿qué es ser normal? Lo veremos cuando en los años.

La red esta plagada de contenido, en su mayoría sea quizá basura, pero también hay muy buenos sitios para leer y escribir, para aprender, para entretenerse, para perder el tiempo, para recordar, para reír, para llorar, para todo.  Aquí termina esta entrada, con algo de nostalgia en mi corazón porque sin querer he recordado muchas cosas de mi vida que no quiero olvidar, pero que si no me apuro, olvidaré.  El tema del cierre en este momento sonando es "When We Dance" de Sting, una balada para esos amores difíciles, esos donde uno la adora, pero ella esta con otro que tiene dinero, si me equivoco en la interpretación me disculpo.


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