¿Matarte? No quiero matarte… tú me complementas.
Hace un poco más de 15 años, a eso de la mitad de mi existencia aproximadamente, me topé en la televisión con una imagen que no olvidaré: un jugador con un uniforme rojo y negro de pantaloneta blanca al igual que las medias, corriendo hacia una esquina del campo de fútbol tras el éxtasis de haber anotado un gol. Fue una imagen que no borraré porque en ese jugador, en ese momento, se condensaba toda la pasión de un club que a partir de ahí abrió un lugar permanente en mi vida.
Con los días, ahora años, vi casi todos los partidos que pude, y en ellos viví la dicha de las victorias sufridas, la dicha de las victorias con olor a venganza por derrotas pasadas, viví triunfos fáciles, otros agónicos, y que decir de los triunfos con rabia por ese sentido de la justicia que no tiene imparcialidad cuando se es seguidor de un equipo. Aprendí su historia, sus triunfos, sus derrotas, sus leyendas, y aún ahora a pesar de vivir al otro lado del viejo continente y saber que en ese club no tienen tal vez mucha idea de los seguidores en la tierra de Macondo, me hice un tifosi mas del rossonero.
Con los años, aprendí a ver a los colores de los equipos rivales con desprecio pero con respeto, extraña mezcla, no? El blanco negro, el rojo de la tierra de los Beatles, el rojo de los diablos de Manchester, el blaugrana, el blanco merengue, y entre ellos el mas odiado en términos futbolísticos, el azul y negro perteneciente a la misma ciudad.
¿Y qué tienen esos últimos colores que me producen mas sentimientos negativos que cualquier color de los demás equipos de fútbol del planeta? Que son la representación de ese hermano con el que se pelea siempre por la cosas, representa a ese niño malo del salón del clases en el colegio que agrede a los demás, representa a ese compañero del trabajo que haciendo poco queda siempre bien con el jefe. Es ese al que siempre se le quiere ganar, pero que a la vez se considera como el único capaz de derrotarlo a uno. Bien lo expresaba el Joker en El Caballero de la Noche de Nolan, cuando en el calabozo le dice a Batman que son todo lo contrario pero que a la vez se necesitan.
¿Y hoy dia que vemos de esos hermanos en el Calcio? Tal vez los problemas del uno nada tienen que ver con el otro. Los rojinegros nos quejamos de la dirigencia, de la falta de dinero, de los técnicos que han pasado, de los jugadores sin ganas. Los negro azules tienen ahora una mejor dirigencia en términos administrativos, mejores nombres en su plantilla, un técnico ganador de títulos y con experiencia, mejores fichajes. ¿Y el resultado? Los dos tienen la misma cantidad de puntos en una incomoda media tabla que para ninguno de los dos es amigable. Seguramente, los triunfos del uno siempre serán el malestar para el otro, pero me atrevo a ir un poco más allá para pensar que hay un problema en el fútbol de la ciudad que los acoge a los dos.
Lejos quedaron los dias de los cruces en enfrentamientos en instancias finales de la Champions League, lejos quedaron las luchas por los primeros lugares de la liga, entre otros. Seria absurdo decir que el problema sea a una causa política o fiscal, seria absurdo decir que sea un problema administrativo, pero quisiera y sueño con que los dos se levanten un día para poner a Europa y al mundo a sus pies con esa magia futbolística que había hace unos años, y entre los dos obviamente siempre triunfe el rossonero.
Muchas criticas y quejas he visto últimamente aquí y por el mundo en las redes sociales, peticiones de renuncias, despidos, cambios, hasta reclamos por aquellos que no pierden la fe y apoyan con optimismo. Es cierto, como seguidor me ofende que el equipo del que me enamoré no sea ahora ni la sombra de lo que vi hace 15 años, pero escogí seguirlo como un matrimonio, en las buenas y en las malas, hay que ser coherentes que desde aquí no es posible hacer mas que brindar ese apoyo emocional, nosotros no tomamos decisiones, solamente podemos manifestar esa inconformidad que a los oídos del club no va a llegar, a menos que hiciéramos un viaje hasta Milanello, eso seria diferente. Pero seamos claros, es fútbol y es uno de los entornos con mas variables para tener presentes, por su complejidad nos envuelve a casi todos y así como lo vivimos con nuestra selección Colombia para volver a un mundial, la transición no es fácil pero se puede, obviamente allá la demora está en tomar decisiones y hacer inversiones inteligentes, no tienen que esperar 18 años por una nueva generación de jugadores.
Hace 15 años, el jugador que vi fue a Filippo Inzaghi, ese mismo que le dio el triunfo en la venganza por UCL contra el Liverpool en el 2007. Hoy es el DT del equipo que lo hizo grande, tratando quizá de retribuir todo lo que el club le brindó, como creo que lo quisieron hacer antes Seedorf, Leonardo, y como lo consiguió con exito Ancelotti. Allegri a pesar de la criticas obtuvo el ultimo Scudetto para el club.
Hoy, 15 años después de los cientos de partidos que he visto del Milan, me atrevería a decir que lo que necesita el equipo es a alguien que le devuelva el corazón a una institución que ya no la tiene, y que la dirigencia le permita hacerlo sin tantas limitaciones. ¿Y por qué no? Que reviva ese hermano de ciudad, ese al que siempre se tiene la necesidad se superar y que hoy día está igual de enfermo que nosotros.
Forza Milan.
Con los días, ahora años, vi casi todos los partidos que pude, y en ellos viví la dicha de las victorias sufridas, la dicha de las victorias con olor a venganza por derrotas pasadas, viví triunfos fáciles, otros agónicos, y que decir de los triunfos con rabia por ese sentido de la justicia que no tiene imparcialidad cuando se es seguidor de un equipo. Aprendí su historia, sus triunfos, sus derrotas, sus leyendas, y aún ahora a pesar de vivir al otro lado del viejo continente y saber que en ese club no tienen tal vez mucha idea de los seguidores en la tierra de Macondo, me hice un tifosi mas del rossonero.
Con los años, aprendí a ver a los colores de los equipos rivales con desprecio pero con respeto, extraña mezcla, no? El blanco negro, el rojo de la tierra de los Beatles, el rojo de los diablos de Manchester, el blaugrana, el blanco merengue, y entre ellos el mas odiado en términos futbolísticos, el azul y negro perteneciente a la misma ciudad.
¿Y qué tienen esos últimos colores que me producen mas sentimientos negativos que cualquier color de los demás equipos de fútbol del planeta? Que son la representación de ese hermano con el que se pelea siempre por la cosas, representa a ese niño malo del salón del clases en el colegio que agrede a los demás, representa a ese compañero del trabajo que haciendo poco queda siempre bien con el jefe. Es ese al que siempre se le quiere ganar, pero que a la vez se considera como el único capaz de derrotarlo a uno. Bien lo expresaba el Joker en El Caballero de la Noche de Nolan, cuando en el calabozo le dice a Batman que son todo lo contrario pero que a la vez se necesitan.
¿Y hoy dia que vemos de esos hermanos en el Calcio? Tal vez los problemas del uno nada tienen que ver con el otro. Los rojinegros nos quejamos de la dirigencia, de la falta de dinero, de los técnicos que han pasado, de los jugadores sin ganas. Los negro azules tienen ahora una mejor dirigencia en términos administrativos, mejores nombres en su plantilla, un técnico ganador de títulos y con experiencia, mejores fichajes. ¿Y el resultado? Los dos tienen la misma cantidad de puntos en una incomoda media tabla que para ninguno de los dos es amigable. Seguramente, los triunfos del uno siempre serán el malestar para el otro, pero me atrevo a ir un poco más allá para pensar que hay un problema en el fútbol de la ciudad que los acoge a los dos.
Lejos quedaron los dias de los cruces en enfrentamientos en instancias finales de la Champions League, lejos quedaron las luchas por los primeros lugares de la liga, entre otros. Seria absurdo decir que el problema sea a una causa política o fiscal, seria absurdo decir que sea un problema administrativo, pero quisiera y sueño con que los dos se levanten un día para poner a Europa y al mundo a sus pies con esa magia futbolística que había hace unos años, y entre los dos obviamente siempre triunfe el rossonero.
Muchas criticas y quejas he visto últimamente aquí y por el mundo en las redes sociales, peticiones de renuncias, despidos, cambios, hasta reclamos por aquellos que no pierden la fe y apoyan con optimismo. Es cierto, como seguidor me ofende que el equipo del que me enamoré no sea ahora ni la sombra de lo que vi hace 15 años, pero escogí seguirlo como un matrimonio, en las buenas y en las malas, hay que ser coherentes que desde aquí no es posible hacer mas que brindar ese apoyo emocional, nosotros no tomamos decisiones, solamente podemos manifestar esa inconformidad que a los oídos del club no va a llegar, a menos que hiciéramos un viaje hasta Milanello, eso seria diferente. Pero seamos claros, es fútbol y es uno de los entornos con mas variables para tener presentes, por su complejidad nos envuelve a casi todos y así como lo vivimos con nuestra selección Colombia para volver a un mundial, la transición no es fácil pero se puede, obviamente allá la demora está en tomar decisiones y hacer inversiones inteligentes, no tienen que esperar 18 años por una nueva generación de jugadores.
Hace 15 años, el jugador que vi fue a Filippo Inzaghi, ese mismo que le dio el triunfo en la venganza por UCL contra el Liverpool en el 2007. Hoy es el DT del equipo que lo hizo grande, tratando quizá de retribuir todo lo que el club le brindó, como creo que lo quisieron hacer antes Seedorf, Leonardo, y como lo consiguió con exito Ancelotti. Allegri a pesar de la criticas obtuvo el ultimo Scudetto para el club.
Hoy, 15 años después de los cientos de partidos que he visto del Milan, me atrevería a decir que lo que necesita el equipo es a alguien que le devuelva el corazón a una institución que ya no la tiene, y que la dirigencia le permita hacerlo sin tantas limitaciones. ¿Y por qué no? Que reviva ese hermano de ciudad, ese al que siempre se tiene la necesidad se superar y que hoy día está igual de enfermo que nosotros.
Forza Milan.
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