Como perros y monos
Hola, soy Eva, y les voy a contar mi historia. Para comenzar, debo decir que no ha sido fácil llegar a dominar el arte de escribir, bueno, realmente no se si sea arte, ni siquiera estoy segura de qué es el arte, mejor dicho, fue muy jodido poder escribir con las manos que tengo, pues los esferos no fueron diseñados por mi raza y menos para mi uso, y las teclas de los aparatos con pantallas son tan pequeñas que no es fácil pisar una sola a la vez. En fin, lo logré con esfuerzo y con la ayuda en muchos momentos de Tito, porque sus manos son mucho mas pequeñas que las mias. Lo que voy a contar, puede ser gracioso, un tanto curioso, y probablemente en algún momento, sacado de una tira cómica o de una serie de television. Sin embargo, sucedió. Yo vivía con Alberto, era una casa cómoda y no me faltaba nada. Tenia una cama, tres comidas, agua, juguetes y salidas al parque. Él trabajaba en la universidad y de vez en cuando me llevaba allí, aunque me dejaba en compañí...